No sé cómo conquistar
He estado tanto tiempo solo que me queda muy difícil imaginarme con alguien al lado. No sé cómo sería eso. Y aunque a veces lo quiero con todo el corazón, otras me paniqueo, con toda la razón: ¿Y mi tiempo? ¿y mis amigos? ¿y mis fiestas? ¿y mi hago lo que se me da la gana sin rendirle cuentas a nadie? ¿y todos mis y mis?
Sin embargo, luego respiro, me calmo, consulto con algún amigo o amiga y decidimos que eso se dará solo. Que sabré defender mi libertad, seguir con mi pandilla de solteros y solteras sin olvidar a nadie, ir de fiesta tendrá otro sentido y la vida tendrá una forma diferente de vivirse.
Puede que sea cierto, ya sabré cómo manejar eso si algún día llega el momento. Pero lo que sí no tengo idea es de cómo llevar ahora, hoy, ya, lo básico. Me siento como quinceañero. Torpe e inseguro. Romántico y patético.
Y es que o esto no me pasaba hace siglos o esto siempre es así. Más bien las dos opciones, juntas. Me veo y me digo en tono afirmativo, “no pues Christ Grajales sabe esto de memoria”, sin embargo, entre más estupideces hago el tono va cambiando y se va volviendo una interrogación en donde la respuesta se hace tristemente negativa.
Claro, Christ Grajales, domina a la perfección todos estos temas. Qué hacer. Qué no decir. Qué pensar. Qué dar y qué guardar. Qué responder. Cuándo ir, cuándo quedarse. Todo. Pero para las otras y además, no permite equívocos y es exigente. Sin embargo, para casos propios, no sabe ni pío.
Llamar o no llamar. Buscar o no buscar. Salir corriendo o hacerse el difícil. Besar ahora o tres días después. Levantarse en la casa de él e irse enseguida o quedarse a desayunar. Ponerle un mensaje o llamar. Ser pasivo o ser activo en la conquista. Ser tierno o ser más bien cretinongo. Es un caos.
Entonces, llamo a una amiga y le pregunto que qué demonios significa ese mensaje que me puso. Llamo a la otra a preguntarle que por qué es que no me ha llamado si ya es hora. Le escribo a la otra a preguntarle que si le puedo escribir o que si mejor lo llamo, pero que con qué excusa y que qué tal que no sé qué. Unas películas de terror.
Que por qué no me dice para vernos todos los días a todas las horas. Que si será que se va a desaparecer como todos. Que si me pongo esto o lo otro. Que si le respondo el mensaje inmediatamente o espero 34 minutos con cuántos segundos. Le dije esto, ¿será que se asustó?. ¿Y qué opinas, te parece chévere? ¿qué te dijo de mí? Ay diojmio, soy el tedio de mis amigas y amigos y de mí mismo.
Lo que pasa es que había olvidado todo y me siento tonto. Pero estar tonto es una buena señal. Y se siente bonito.
Christ Grajales.
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