¿El final feliz de uno, nunca fue de uno, sino de ella?
Le he estado dando vueltas al asunto y no logro descifrarlo porque realmente es un tema insensato y sin solución. Hace poco me encontré con una amiga, con varios amigos y varias amigas y como siempre, cuando le gente se une conmigo, lo único que logramos hablar es del éxito o del fracaso amoroso. Aunque todos queremos alcanzar el éxito en esta esfera de nuestras vidas, debemos reconocer con la frente en alto, que el fracaso amoroso suele ser, en algunos, una constante irreversible.
Sin embargo, este caso particularmente nos unió y realmente nos sensibilizó. Y es que casi todas y todos, por qué no, tenemos un mal que nos aqueja luego de iniciar una relación: La o El ex. Ese fantasma vivo que nos genera inseguridades de las menos finas y de las más aterradoras.
Obviamente me ha pasado, ¿a quién no? De hecho, creo haber sido causa intencional de miles de discusiones, algún par de terminadas, y estoy casi seguro de haber sido en algún momento una especie de mito como 'La llorona' demente, o Coco que en algunas ocasiones solía salir en las noches a asustar a los actuales de mis ex. Ya no, claramente. Sin embargo, lo recuerdo y me pongo en el papel de ellos y se me eriza la piel. Es que pase lo que pase uno prefiere que se metan con la prima, que lo dejen de querer, que salga hetero (o gay para los hetero), pero ¡¿La o El EX!? los ex son los ex, los ex son una historia aparte.
Y la terrible y escalofriante historia de esta vez la protagoniza mi amiga, mi amiga con Cara de Gato. Mi amiga, Cara de Gato, fue la novia de cuatro años, era la princesa de ese reino, la dueña rotunda de un corazón. La historia que nos saca suspiros y que todos queremos alcanzar. La verdad es que para ella eran días felices, ya había planes de irse a vivir juntos y en el último y divertido diciembre delante de toda la familia de ÉL, de la forma más romántica que todos soñamos él anunció que el próximo año se casarían... (Suspiros y la ilusión del "Y vivieron felices para siempre").
Pues, no hay afán de casarse ni nada de eso pero que a uno le digan eso si da un fresquito, como un poco de tranquilidad, pues por lo menos uno piensa que tiene una platica segura. Fue así como ese diciembre, de algún modo mi amiga Cara de Gato, logró parcialmente ver corazoncitos, estrellitas, arcoíris y todas esas cosas que veremos el día que encontremos nuestro final feliz (porque SÍ que lo encontraremos, todos).
Todo hasta un buen día, además soleado en Medellín, ella se dio cuenta que su príncipe, el que ella había vestido de azul llevaba varios días raro. Así que como toda una princesa moderna, decidió tomar al príncipe por lo cachos, y lo enfrentó. Él, muy sincero, como todos, le explicó que ya no sentía lo mismo y que inexplicablemente se le había acabado el amor.
¡Auch! Eso sí que duele y pues nada qué hacer, le puede pasar al que sea, hay que llorar, pero nada qué hacer. Sin embargo, cuando uno descubre sin intención que el príncipe gris disfrazado de azul de mi amiga Cara de Gato, estaba con la ex, aceptamos que eso sí que duele, y que en ese momento sí tiene todo el derecho y debe llorar, patalear, gritar, maldecir y hasta estar a punto de morir.
Porque ¿y entonces? ¿Lo que vivió con uno qué? ¿siempre estuvo enamorado de ella? ¿Estaba con uno pensando en la otra? ¿EL FINAL FELIZ DE UNO, NUNCA FUE DE UNO, SINO DE ELLA? ¿Hasta qué punto todo fue verdad o mentira? No lo sé, sé que todos coincidimos en el hecho que preferimos la tragedia más trágica de todas las tragedias a los ex, ya que los ex son la tragedia de tragedias dentro de todas las tragedias que inundan en el mundo del amor. Los ex son un fantasma, una sombra, una historia de terror.
Pero nada qué hacer, los ex siempre están y siempre estarán aunque, lo que aprendimos con mi amiga Cara de Gato es demasiado cierto; afortunadamente ese príncipe gris se fue a tiempo con su final feliz pa' otro la'o, porque en algún momento mi amiga Cara de Gato, como yo, y como todos (hasta los benditos ex) tendremos nuestro propio de nuestra propiedad "Y vivieron Felices para siempre", de verdad, sin cortinas de humo y que nadie nos puede arrebatar.
...Así duela, menos mal esa persona que definitivamente no nos iba a regalar ese final feliz que está hecho para uno se fue con su escoba vieja, dejando el camino limpio para buscar a alguien nuevo y lo mejor, encontrarlo. Así que en últimas: "Qué saludos a los Ex, y que gracias".
Mr Christobal
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