Hace un año vengo dejando aquí todas mis emociones, caprichos, desaprendizajes, anhelos y decepciones. No sé de dónde saco tanta letra, tampoco sé a qué hora vivo tanto, y jamás podré identificar cuánto hay aquí de realidad y cuánto de fantasía. No sé quién, ni cuántas personas me leen, ni mucho menos por qué carajos lo hacen. No sé nada, pero he tenido comentarios que me ponen los pelitos del alma de punta, tweets que dejan en tela de juicio la fortaleza de mis lágrimas e historias del amigo del amigo que dijo, que me sensibilizan y me animan el corazón y las letras.
Por eso sé que hay gente que me lee. Y que lo hacen ya sea para encontrarse, o motivarse. Para criticarme, ilusionarse, distraerse o porque ya es un hábito. Hay gente que me lee, además de La Mamá, para ver con qué salgo ahora, porque se identifican, para encontrar respuestas o para cuestionarse la existencia. Hay gente que viene aquí porque les da la gana o porque creen que soy patético o porque les parece que soy un loco chévere o porque sienten que no soy más que el reflejo de ellos. La verdad es que hay gente que sigue de cerca este lugar, me sigue de cerca a mí, y por eso esa gente y yo es como si camináramos juntos.
Así, camino al lado de más personas de las que me imagino. Voy por la vida con más gente que como Linda, de Perú, a los 5 minutos escribe y trata de identificar los personajes, suponen cosas, piensan que estoy bien, o concluyen que estoy llevado del putas. O algunos otros que se parecen a Ana que escribe a los 7 minutos cuando termino con la peruana y sin falta me pregunta que de dónde saco tanta creatividad y jamás piensa que estuvo flojo. Camino con gente, con mis lectores, con ustedes y ustedes caminan conmigo. Compartimos sin compartir. Me siento presente en algunas vidas sin conocerlas y me siento protegido, comprendido y apoyado. Y por eso los cuido como si los conociera porque realmente los tengo -y no es fantasía- más presentes que a ese novio que no tenía y vivía en el futuro y ya es del presente.
Porque tengo la convicción de que son muchos. Estoy seguro que existe más gente aparte del novio de mi ex y algunos iguales a él, que husmean y entre líneas están esperando que yo por fin haya encontrado el amor y así, no haya forma que algún él y yo jamás volvamos. Debe haber más gente leyendo y haciéndome parte de sus vidas como Esteban, el bailarín que nunca me ha visto pero cree que soy su conciencia y es como si me quisieran, con el corazón. Voy por la vida con gente de todas partes de Colombia, Ecuador, Perú, España y sabrá el demonio de dónde más. Quinceañeras, mamás y treintañeros, amigos y no amigos. Con novios y solteros, con San Antonio de cabeza y con sueños por realizar.
Deben haber también algunos como Andrés, para el que yo no era santo de su devoción y ahora religiosamente le comparte a sus amigos cada una de mis entradas. Y otras como Diana que me lee desde el minuto uno y me entienden y piden que me calme. O como los y las paisas de siempre que me conocieron muy pequeño y ahora me quieren muy Mr Christbal. Y quién quita, debe haber más gente. Lo sé y confío en ello.
Porque sé que hay gente que me lee y aunque jamás me lo hayan manifestado, han llorado y reído conmigo. Se han identificado y otras veces los he decepcionado. Sé que hay gente haciendo suyas mis palabras, soñando mis sueños, y se alegraron cuando encontré el amor, pero esperan que no pare de escribir. Sé que hay quienes en noches de despecho y helado y pijamadas con amigas me invitan y sin estar, estoy porque me leen y con las letras les toco el alma y los alejo y los acerco a tanta realidad.
Sospecho que hay personas para las que Mr Christobal, yo, es un conocido cercano aunque jamás me hayan tenido cerca. Y creo muchas cosas más, como que hay mucho fieles. Fieles, fieles, muchos, muchos, de esos que me esperan cada semana, que hablan de mí como si me conocieran. Usan mis frases. Comparten mis entradas, se ven en mis líneas y me gozan en la distancia.
Y por eso digo que son MIS lectores. MÍOS. Porque sin haberlos visto jamás los siento míos. Y ya perdonarán que sea posesivo y celoso, pero o sea, así es. Son de mi propiedad, casi que me pertenecen. Así como los amigos son de uno y uno los acapara y los defiende con las uñas. Así. Tal cual. Y es que muchos de ustedes saben más de mí, de mis cuentos, de mis gustos, de mis frustraciones, de mis sueños, de mis miedos y de todos mis mis, inclusive mejor que mis amigos de toda la vida que no me leen. Y sé que algunos me defienden, otros se divierten conmigo y mucho, siento que me quieren.
Así que nada, que el primer aniversario de Mr Christobal no sea más que la oportunidad de verlos y acercarlos a mí. Les quiero oír los sentimientos, ver las almas y tocar su complicidad. Así que llamen y feliciten, salúdenme, quiéranme, así como yo a ustedes.
Gracias por todo, con amor,
Mr Christobal
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