Yo no pido mucho
Un súper trabajo. Qué más que me paguen bien, me pueda divertir. Viajar. Aprender. Conocer gente. Hacer cosas diferentes. En el que tenga proyección. Que sea intenso. Con un jefe a quien le pueda aprender demasiado. Que me quiera. Con gente interesante alrededor. Donde haya risas y que pueda trabajar mucho mucho, pero chévere chévere. Donde sea muy útil y el conocimiento llegue por todas partes. Donde los días buenos alumbren mi vida y yo pueda alumbrar los de los otros. Que haya pasión y se trabaje con el corazón. Y por eso haya resultados. Increíbles.
Obviamente salud para poder disfrutar del trabajo. Y de los lugares por conocer. Para poder tener fuerzas para grandes rumbas y días de desorden. Energías para ir y venir, subir y bajar como me pegue la gana. Alegría infinita para que las almas a mi alrededor sonrían y pasen un buen rato. Salud para tener fuerza donde llego y para ser un ventarrón al alcanzar lo que quiero. El corazón llenito de amor para poder dar sin importar recibirlo. Irradiar paz, amor y sonrisas.
La familia cerca, sana y unida. Para tener un motor. Un lugar. Un centro. Para encontrarme cuando me pierdo. Para encontrar el apoyo y el amor que necesito para lograr lo que quiero lograr. Mi familia ahí, como el país de mi mundo a donde llego para arrancar por lo alto y llego a aterrizar como una papaya.
Una ciudad por descubrir. Donde lo nuevo me seduzca. Donde las novedades me arrastren. Olores, sabores y colores jamás vistos. Gente absolutamente distinta. Un círculo social por investigar. Bares por conquistar. Planes desconocidos. Fotos por tomar. Pisadas que dejen huella, en mí.
Amigos. Los mismos de toda la vida. Los incondicionales y buenos. Los recientes, entrañables e irremplazables. Y unos nuevos, locos. Fiesteros. Alcahuetas. Pacientes. Amorosos y más fiesteros. Para que se unan a mí y me acompañen en el nuevo camino. Para los domingos y días de tusas. Días felices. Días especiales. Para celebrar. Brindar, reclamar y maldecir a los hombres.
Pagar deudas. Aprender italiano. Ir a México y a otro país donde mi Él quiera ir. No engordarme -más-. Qué el blog crezca. Ver más a mis primos. Sacar sonrisas. Ilusionarme menos con los que no me tengo que ilusionar y no ilusionar a los que no me ilusionan. No dejar de tuitear con el alma. Dejarme olvidar de él. Hacerme la hidro. Leer más.
Desarrollar la paciencia que me falta. Demasiada. Tolerancia, igual. Seguridad, a veces. Creatividad en abundancia. Perdón. Fe. Cerrar ciclos. Más cine. Ahorrar para volver a irme del país. Gozarme el matrimonio de algún amigo o amiga. Más historias para tener más cosas que contar.
Que mi Él siga siendo tan fabuloso y me siga llevando al cielo cada que me dice que soy suyo. Que siga siendo suyo, muy suyo, hasta la médula. Que su sonrisa siga siendo mía y mis sueños lo contengan a él hasta el infinito. Que seamos felices un año más. Y el resto de los años. Que me haga sentir todavía como su príncipe del cuento.
En fin, puedo querer cosas comunes para mí 2014. Nada fuera de lo que cualquier otra persona quisiera. Y lo pediría e iría por eso. Pero no. Esta vez, este año, yo sólo quiero vida y amor, porque lo demás llega. O lo hago llegar.
Lo complicado es la vida, obvio, y el amor, peor.
Así que para este 2014, vida y amor, porfi, that's it.
Mr Christobal
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