Habrá que aprender
En el 2013 no aprendí que la vida es más complicada de lo que yo siempre creo. Y no entendí por qué hay gente que no es feliz. Tampoco pude aprender que hay amores que se acaban y no pude entender por qué hay otros que se niegan a morir. No aprendí a que mis ex amores ya no son míos, ni me dejé ser de alguien.
No aprendí a no ilusionarme. Ni a no creer en el amor. Ni a no esperar nada. Ni a no enamorarme en segundos. Ni a no idealizarlos. Ni a no ser indiferente. Tampoco logré no entregar mi corazón. Ni a que no se trata sólo de mí. Ni pude descifrar eso de que la vida supuestamente me está guardado muchas cosas buenas y por eso debo ser paciente. Ah, y con lo de que el problema es de ellos, ni hablar.
No aprendí a controlar mis emociones. Ni tampoco a manejar las decepciones. Ni a medirme en cosas del corazón. Ni a no llorar de rabia. Ni a no esperar que la vida sucumba a mis caprichos. No supe dar cuando que dar y a no hacerlo cuando no. Y mucho menos aprendí a no encontrar esperanza donde no la hay.
No supe cómo hacer dieta, ni logré tomar el hábito del ejercicio. Tampoco aprendí que el chocoramo no es la solución para todos mis problemas. Ni que las amistades tienes picos y bajas normales. No pude, claro que no, con eso de que cada vez son menos mis amigos -de esos que son para siempre- y que muchos no están para uno cuando uno siempre ha estado.
No logré aprender que el Pop no es el mejor género musical y que mis demonios casi siempre son más fuertes que yo. No aprendí que mis ex's tienen derecho a olvidarme y que al estar próximo a cumplir veinticinco no estoy viejo. Tampoco pude con el hecho de ser cuidadoso y ordenado. No descifré ni acepté por qué si cada año se pone más bueno que el anterior se tiene que pasar más rápido que todos.
No pude con la nociva manía de hacerme daño, autosabotearme y encontrar vicios. No aprendí que dejar el alma en las risas de los demás es la salida alegre y fácil, pero no definitiva a la desesperanza. Ni que las relaciones cortas duelen más y me dejan exhausto, roto y con pedazos de mi corazón regados en partes que nunca recuperaré.
No aprendí tampoco a cocinar de todo ni a tender la cama perfectamente. Tampoco logré controlar mis ganas de querer una nueva pinta cada fin de semana y de encontrarlo a él en canciones. No supe cómo hacer para no querer todo ya y lograr el camino a la paciencia. No aprendí, aunque ni me interesó, dejar de soñar, buscar y encontrar mis sueños.
Obviamente no pude aprender que puedo vivir sin él, pero tampoco lo quiero aprender ahora. Ni a dejar de criticar. Ni que ya estoy muy grande para que me gusten las cositas de Mickey Mouse. Ni que de verdad hay gente mala. No aprendí a querer los perros, ni a rezar, ni a amar del todo. No aprendí a hacer maleta, ni a recordar no dejar el cepillo de dientes incluso cuando desocupo un apartamento, ni a no esperar que sea un príncipe todo el tiempo conmigo.
ya sé que todavía tengo mucho, de todo, por aprender en el 2014. Pero lo que si logré aprender es que está en mis manos ser feliz. Así que aprendí lo fundamental: hacerme pacito y hacerme la vida feliz. Muy feliz. Buen comienzo ¿no?
Mr Christobal
Me encanta.... Te describe a la perfeccion y nos describe a muchos tambien jajaja
ResponderEliminaral igual que vos, hay muchas cosas que no aprendí, pero lo que si aprendí fue a quererte, un abrazo grande, y espero ser de los de " para toda la vida"
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