De mí, para ustedes
Cada vez que se acerca el fin de año, me entra una melancolía tristona. Miro para atrás y se me vienen a la cabeza momentos de alegría. Mi memoria selectiva se olvida de los momentos hartos -que afortunadamente no pueden faltar- y me quedo con los bellos. Así que sólo me veo a mí mismo riendo, rodeado de gente maravillosa, lugares absurdos, fiestas felices y aquella coquetería que valió tanto la pena que aun lo conservo y me trata como su príncipe.
Pero me lleno de un sin sabor porque el fin de año es la señal más rotunda para mostrar que todo acabó. Y que hay un nuevo comienzo. Yo sólo tengo en mi alma pensamientos bonitos del 2013. Divinos, de hecho. Y me genera ansiedad saber que existe la posibilidad, gigante, que el 2014 no sea igual de increíble. Y me da terror. Sin embargo, tengo la fortuna de ser una alma esperanzadora, y estas fechas, entre melancolía y ansiedad, también están llenas de ilusión y positivismo. Y yo soy así. Romántico optimista ilusionado que cree en la vida.
Y como soy así, camino entre mis incertidumbres y sonrío con la certeza que el próximo año será mejor. Y por eso, sólo me queda desearle, a ustedes, un 2014 increíble como el mío que acaba de pasar.
Que sueñen con todo el corazón un sueño, dulce y lejano. Que trabajen por él. Fracasen. Sigan trabajando y lo alcancen. Luego, que tengan la sensación de plenitud existencial por poder estar en el lugar y en el momento indicado.
Les deseo que conozcan nuevos amigos. Nuevos que se quedarán para siempre. De los entrañables. Que los llenen de incondicionalidad. Y amor. Del verdadero. Que los hagan reevaluar sus amistades pasadas y con eso, desechar los que realmente no sirven y abrazar y mejorar las que sí.
Espero que puedan ir a lugares que los dejen sin aliento. Que no sepan a dónde mirar, que todo lo quieran tocar y retratar, que todo les dé ganas de probar, oler y disfrutar. Que se sientan privilegiados por poder estar ahí y se dejen seducir por la magia que tienen.
Ojalá en 2014 olviden aquel nombre inolvidable. No ahorren en sonrisas, ni amor. Se deshagan de los nuncas. Desafíen los jamases. Perdonen lo imperdonable. Crean en ustedes y su capacidad de transformarse y lograr grandes cosas. No le tengan miedo a lo nuevo. Tengan un confidente. Dejen un vicio. Encuentren una ilusión. Agradezcan más. Esquiven las rutinas. Crean en algo. Y vayan por la vida dejando el alma en cada paso.
Ojalá en este año que se nos viene tengan unos amigos con los que compartan ropa, fiestas y helados y brownies y chocoramos los domingos. Algunos amores divertidos pero fracasados que les dejen claro lo que no quieren para sus vidas. Otro amor, también fracasado que les muestre algo más cerca de lo que quieren. Así como también una soledad valorada, bien llevada y selectiva.
Les deseo una mala amiga, muy mala y bien mierda, para que aprendan a desconfiar y ser más cautelosos. Un amor que los destruya para que se sepan vivos y ya superado, indestructibles. Les deseo días malos, grises y sin esperanza para que rectifiquen que la luz siempre sale y que es decisión de uno salir, disfrutar del sol y sonreír. Ojalá un amor los rechace para que no se crean irrechazables, y sepan que unas veces gustamos y otras no. Pueda ser que un amor los endiose. Los ponga en un altar. Y no les guste. Para que no se les olvide que sí hay gente que moriría por uno, pero uno tiene que esperar a que llegue el que muera por uno y uno muera por él.
Ojalá tengan días donde se sientan los más papacitos y las más mamacitas de tod@s. Y otro donde no, para que recuerden lo rico que es sentirse papacitos y mamacitas y esforzarse por serlo. Les deseo idear por ejecutar. Ambiciones para lograr. Un corazón sano. Libertad propia para decir y hacer lo que les nace. Que se llenen de paciencia para que sepan esperar lo que les conviene y dejen pasar lo que no. Que logren orgullecer a sus papás y así orgullecerse de orgullecer a sus papás.
Espero que tengan un hobbie y una pasión que desarrollen con locura y los acerque aun más a la existencia y los aleje de tanto mundo. Un día de no hacer nada. Días eterno. Un lugar donde se sientan en casa, pero no sea su casa. Un amor de fin de semana que les alborote la vida. Una celebración en donde la gente salga a las calles con banderas (no de fútbol) y felicidad en las miradas. Momentos de helado y chocoramos. De compras. De playa. Días buenos y días malos.
Que tengan con quien brindar las alegrías y ahogar en el alcohol las tristezas. Que extrañen con el alma a su familia. Que los recuerdos dejen de doler. Que las alegrías sean más alegres y los dolores también. Que ganen algunas batallas y pierdan otras.
La cosa es que les deseo un 2014 vivo, muy vivo.
Mr Christobal
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