jueves, 19 de noviembre de 2015

Se casa

Se casa


El sábado se casa Cata. Una de las cosas más lindas que me ha pasado en la vida, una de esas amigas que siempre me hacen feliz con ser ella y más feliz porque ella se convirtió en una persona feliz. Una de mis personas favoritas en el mundo. Mis respuestas cuando me agobio y no sé qué camino coger. Un referente para mí. Un orgullo para mí. La que para mí siempre, absolutamente siempre, tiene la razón. Quién me quiere bonito con el alma y mucho, por como soy. La incondicional. Por la que mi corazón alcanza los sentimientos más grandes e insospechados de amor. De hoy en dos días se casa uno de los amores de mi vida.

Cata me lleva pocos meses. O sea, absolutamente nada. Así que la vida nos puso casi al mismo tiempo en el camino y nos unió para compartirlo, para vivirlo con las ganas que tenemos de comernos el mundo. Nos exigió la vida misma ser amigos. Y nosotros sucumbimos a sus requerimientos. Amigos. Nos volvimos cómplices y aliados. Compinches, camaradas, alcahuetas.

Con una mirada ya sabemos los chistes y lo que pensamos hacer, porque estamos sincronizados, nos parecemos tanto y somos tan diferentes al tiempo, que es algo extraño y bonito, y por eso lo cuidamos y lo hacemos nuestro. Nos consultamos las grandes decisiones y nos hemos arrastrado mutuamente a tomar riesgos, ser libres y vivir, vivir sin miedos.

Mi Cata se casa y todo el proceso lo he vivido plenamente. Desde hace muchos años que empezaba a salir con algún Él que no era, hasta con el que creímos que era que tampoco era. Hasta llegar al que ES. Y eso tomó su tiempo, su proceso bonito que recuerdo con felicidad. Recuerdo todo lo que vivimos hoy, desde las risas que teníamos en clase en la Universidad y los desaciertos que teníamos cada tanto porque nos ilusionábamos con todo el que nos sonreía, hasta llegar a verla mirar a Sebas, con esos ojos de amor con los que yo quiero que mi amor me mire. Y ahora se acerca la fecha y tengo mil sensaciones. Se me arruga el corazón al saber que ya no soy el único y exclusivo hombre de su vida. Que llegaré a su casa y podré tener la certeza que tiene al hombre de sus días para abrazarlo antes de dormir. Y aunque hoy, mientras escribo, extraño a la Cata de hace algún tiempo, con tiempo, con el corazón medio roto que soñaba conmigo, sí, a veces me hacen falta esos momentos.

Pero por otro lado y de hecho, el lado que tiene más fuerza y peso, es que me siento pleno, satisfecho, orgulloso y feliz. Nadie, mucho menos yo, hubiera creído que una de las cosas más lindas de mi vida fuera a tomar la decisión de compartir su vida con alguien siendo tan joven, tan libre y demente, tan ella, tan Cata, tan ganas de vida y ambiciosa, sí, tan ella. Y la fuera a tomar tan decidida, tan convencida, tan enamorada, tan acertada, tan bien.

Cata se ha robado el corazón de cualquier persona que alguna vez la haya conocido. Hombres y mujeres. Niños y viejos. Ricos o no tanto. En las montañas o en el mar. Y a todos, sólo con su presencia, ha logrado sacar carcajadas y hecho feliz. Por eso, nadie hubiera pensado que se casaría tan pronto, porque ella es vida dentro de la vida. Demente y libre. Ella.

Sebas y yo no somos los únicos que hemos suspirado profunda y verdaderamente por ella, aunque si los que más. Tampoco los únicos a los que nos ha querido con el alma y convencernos, demostrarnos y asegurarnos que ella es la más de todas, toditas todas. La perfecta. La princesa.

Y puede que no lo haya sido alguna vez. Y estoy seguro que rompió corazones e hizo daños como cualquiera. Pero hoy es otra historia. Así que verla convertida en una princesa me sorprende gratamente. Veo que se le iluminan los ojitos cuando está con su Él. Veo aterrado que no le importa manifestarle su amor con besos y abrazos en público -cuando no se deja ni si quiera dar abracitos míos-. Me sorprende que se esfuerce constantemente por contemplarlo y le tenga regalitos y detalles muy tiernos. Sonrío porque es evidente cómo evolucionó y superó con valentía las trabas de dejarse llevar por el corazón y darle prioridad al amor.

Así que el giro que ha dado su vida al saber escoger a su compañero de vida es otra reivindicación del amor y el romanticismo conmigo. Otra razón para saber superar. Una certeza de que el amor sí existe. Una ilusión y esperanza en lo bonito y lo rosa. En casarse bien, casarse bonito.

En dos días se casa Cata, mi amiga y yo vuelvo a mis inicios: A ella, Ella, como lugar, esa que hace muchos años me hizo entender el amor verdadero por un amigo, incondicional y ahora que somos grandes, me confirma que ese amor sí existe.

Mr Christobal.

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