¿Quién dijo que ser un buen amigo era fácil?
Ser un buen amigo no es fácil. Uno logra embarrarla sin querer, o porque a veces uno es muy bruto o la vida le pone demasiadas tentaciones. Pero uno la embarra. Y los amigos, los de verdad, no pueden darse ese lujo. No señores. Los amigos, no tienen por qué carajos embarrarla, ese es trabajo de los amigos asquerosos y amigas brujas que hay por todas partes.
Porque de eso se trata la amistad. De no fallarle a la otra parte. De hacerle la vida más fácil. Feliz. Increíble. Invencible. De darle seguridad. Incondicionalidad. Por eso hay ciertos códigos que jamás se han escrito ni dicho, pero uno sabe que están ahí y son inquebrantables.
Uno sabe que no debe meterse con los amores de los amigos. Y sí, todo el mundo lo sabe, pero cuántos y cuántas no lo hacen. Claro, como uno siempre anda en el mismo círculo, la cosa se hace compleja. Pero no, a ver, aunque no parezca, ya lo sé, hay mucho hombre en el mundo. -Sí, ya sé que están escasos- pero si uno espera un poquito, o bueno, mucho, llega algo.
Pero los amores de los amigos son prohibidos y eso se lo deben meter a uno en la cabeza desde que nace. Sí, hay algunos amores pasajeros que pueden ser negociables. Pero hay amor de amores, esos que tienen en la frente "intocable" y el que intente algo con el Gran Amor, se pone patitas en la calle y más nunca se le puede volver a dejar aplicar al puesto de BFF. Es irrevocable, por qué vuelven y lo hacen. Lo juro. Esos irán siempre intentando alcanzar lo que uno alcanza. Amores, lugares, trabajos. Así que regla de oro, no meterse con ESE amor.
Los amigos se ven obligados a defenderlo a uno con las uñas. Porque no queremos verlos sufrir, faltaba más, o sea. Por eso a uno le duele que se metan con ese pedacito de uno. Así que uno va y los defiende. Y los protege y no los deja hacer estupideces. Y mira mal al tipo y bueno, por eso es que los novios y novias siempre terminan odiando a esos amigos incondicionales. ¿Pero qué? Los estamos cuidando. El que se mete con ellos se mete con nosotros. Regla de plata, hágase matar por el amigo.
No podemos olvidar. Somos la sensatez. La realidad. Se nos tienen que quedar fresquitos en la mente los errores de los tipos, o de otras viejas. Porque uno sólo olvida y quiere perdonar. Pero como amigos estamos para recordar lo que conviene olvidar. "Si vas a volver con él después que te hizo esto y esto, vuelve, pero te lo va a volver a hacer y aquí no vengas otra vez llorando". Pero ella vuelve, siempre vuelven. Regla de bronca, no olvidar y decir las verdades, duras, bien duras.
Además, como por si fuera poco tener reglas rigurosas por cumplir, los amigos tenemos deberes jartos. Obvio. Los acompañamos a donde no queremos ir. Nos aguantamos noches enteras tocando el violín. Nos calamos los amigos feos y aburridos. Oímos la misma historia ciento cuarenta y seis veces. Los aguantamos de hacer estupideces, quedando como amargados nosotros. Les damos el mismo consejo mil quinientas veces. Leemos sus conversaciones y les decimos qué responder.
Salimos corriendo a la hora que sea si está mal. Nos aguantamos sus tusas. Los esperamos con un abrazo cada vez que pelean y vuelven a nosotros. Le decimos por enésima vez las razones para terminar eso. Pasamos penas por sus borracheras.
Pero también tenemos derechos divertidos. Tenemos entradas VIP e ilimitada a sus closets. Que se peleen por nosotros. Que vean a nuestros ex y le digan lo divinos y exitosos y felices que estamos. Que miren mal al que nos bajó el novio. Que nos cuenten cada segundo de cuando lo vieron. Que nos hagan chistes cuando estamos tristes.
Tienen el deber de hacernos los regalitos que nos gustan. Ir con nosotros a todas partes. Cuidarnos. Supervisarnos. Hacernos seguimiento estemos donde estemos. Celebrar nuestras alegrías. Rezar por nosotros. Darnos like en todas nuestras fotos de Facebook y corazoncitos en Instagram. Creer en nosotros más que uno mismo. Decirnos que estamos divinos.
Prestarnos sus jugueticos. Dejarnos stalkearlos desde sus redes sociales. Querer a los que nos quieren y odiar a los que nos odian. Soñar juntos de cuando seamos viejitos borrachos en un mecedor. Ver un tipo guapo y decirle que es que el amigo lo quiere conocer. Compañía segura para ahogar las penas en el alcohol y los días de soledad. Una llamada segura de "supiste que..."
Es que un buen amigo no es cualquiera, o sea, porque además de que muchos incumplen las reglas de oro, hay miles de millones de derechos y deberes felices ¿Cuáles me faltaron?
Mr Christobal
Pasamos penas por sus borracheras.... jajajajaja yo inspiré este pedacito???
ResponderEliminarsuper el artículo!!! de esos que hay que leer y releer...
esta super!!! un abrazo...
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