Hay amores que definitivamente no son. Nacieron para no ser. Se construyeron sobre una base de imposibles y tiempos desafinados. Entre esperanzas perdidas y voluntades contrariadas. Vivieron eternidades fugaces, contratiempos apresurados y luchas prematuras. Hay amores que tenían todo para ser, pero surgieron con la sentencia de no ser.
Y algo pasa y es como si siempre fuera a pasar; tienen la capacidad de hacer que el alma se agite y se estremezca ante sus ojos o sus sonrisas. Detienen la densidad del universo y se roban la paz del mundo interior. Nos roban los "y si hubiera" más melancólicos y los deseos secretos de las profundidades de nuestro ser. Es una pequeña puñalada saber de ellos, saberlos lejos, saberlos de uno, saberlos ajenos.
Son de uno aunque no lo sean. Y uno de ellos, aunque no. Como se entregaron, imposible que se vuelvan a entregar, como nos entregamos, ya no otra vez. Los miramos a los ojos en nuestra imaginación desafiando su capacidad de volver a sentir lo que los hicimos sentir. Cuestionamos los pasos que los alejan de los nuestros y adivinamos los secretos de sus sentires profundos.
Es como si después de años, ciudades, personas, situaciones, sentimientos, siguieran unidos por una energía que parece morir pero en los momentos menos esperados se arrebata como si se quisiera estallar. Y aparecen cualquier mañana como un pensamiento inquiero e impotente. Y luego se diluye con el sin sabor infinito de la nada, de los que no son. De los que perdieron la esperanza, de los de las mil preguntas sin resolver, de lo incomprendido.
Y uno los ha buscado y los ha encontrado. Y luego no los ha encontrado. Se han ido. Para siempre.Pero la energía sigue. Y uno los guarda dentro y les da vida. Alimenta y le da alas a las imaginarias posibilidades, y los sigue cuidando y esperando. Todo adentro en un romántico iluso imaginario.
Porque aunque tengamos la mágica seguridad que la energía es mutua y eterna e indeleble, es seguro también que, así como hemos alimentado y hecho grande algo inexistente dentro, así también se puede borrar, dejar atrás, olvidar.
Porque hay amores que definitivamente no son y que hay que dejar de esperar. Y porque olvidar también es una decisión, es hora de olvidarte.
Mr. Christobal.
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